Soy mala anfitriona de mi casa.
Pero de las cosas que la habitan.
Se han hecho laberinto los objetos.
Te lo voy a contar:
La puerta se cierra sola.
Con la silla no hay quien pueda.
Las tazas vuelan por la cocina
y la ropa no se deja lavar.
No hay lugar para el descanso.
La cama sin vestir
es un muro muy alto.
Las fotos y los libros
son temibles obstáculos.
Pero de una cosa estoy segura:
El laberinto está en mi cabeza.
Comentarios
Hermoso poema. Saludos cordiales.
Y no se porque me recordo "La rebelión de los electrodomesticos"
Un abrazo y suerte con el reacomodo.
Un abrazo grande.