Sobrevive el misterioso juego, sobremesa natural con esferas que giran, también naranjas con ombligo, en una cesta de fruta, bolitas de pan que vibran y tiemblan. Forman bajo el dedo, en cada almuerzo, redondas e infinitas, formas de pan, apetito de amor, voces que se reconocen, voces que explican la redondez de los recuerdos.