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el fantasma

y el tiempo y el amor

te sobran

para esquivar

las traslucidas tristezas

para borrar los encuentros

con el fantasma


y jugar

con la luz que entra

por la ventana del cielo

hasta la mesa de la cocina

Comentarios

electroser ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
electroser ha dicho que…
si. A mi me encantan esos momentos de tiempo libre , que son como anaranjados y cálidos, que huelen a cocina. Que incluso cuando los estás viviendo ya los sientes como recuerdos de lo a gusto que estás. Que pueden contener cierto toque de tristeza, pero esperanzadora, porque no es lo mismo la tristeza sentida con un rayito de sol en la mano, que la tristeza bajo la lluvia y al viento.
Por otro lado me encanta la relación entre el tiempo libre y esquivar la tristeza. Está bien la tristeza, es tan natural como cualquier estado o sensación humana. Y está bien dedicarse a veces el tiempo libre a disfrutar de ella, aunque sea un ratito.
Pepa ha dicho que…
efectivamente hay momentos tan intensos y simples al mismo tiempo que al vivirlos y querer retenerlos son como recuerdos del futuro.
teresa ha dicho que…
:-)))

holas !
muy bonitas letras las tuyas pepilli

si... los recuerdos son mecanismos de futuro....
yo diria que siempre.....

...los recuerdos son promesas ....eso lo decia nietzche segun corre la voz por ahi... ;-))



besitos
Pepa ha dicho que…
los recuerdos son promesas, que bueno! summer, las promesas son los mecanismos del futuro, lo que nos hace ilusionarnos y creernos nuestros anhelos
gracias por el apunte, con esto se construye...besote

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Al otro lado

Acostumbrado al peligro saltó vallas y espinas chocó contra personas y muros murió por causas injustas pero nació en ese instante al otro lado de la sombra.

La respuesta

A veces las casas y las calles no son la respuesta, a veces tampoco es la montaña a lo lejos, verde, pero esperando el agua que no llega. Tampoco la forma de las nubes en ángel gigante que fabrica el viento que viene de África, el que trae la arena que envuelve el cielo como un velo que no deja respirar. Entonces tiene que ser la gente, que desde este balcón no veo, pero intuyo dentro de sus casas o conduciendo los pequeños coches que cosen la autopista lejana, la respuesta a este sin sentido tienen que ser ellos, con sus movimientos silenciosos, ese ir y venir que busca el mismo ángel en la forma de las casas, de las calles o en el cielo que nos muestre la respuesta.

oh cielos