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Bordes deshilachados II




Se aferró al tiempo como quien se agarra al borde de una ventana para no caer al vacío, pero el tiempo no existe.
*
Una palabra escrita triunfó en silencio, ganó al tiempo y a las voces que gritaban.

*
Mientras las nubes dilatadas recuerdan su recorrido hablan. Después llueven palabras que lo explican todo.

Comentarios

Kiddo ha dicho que…
Esto me encanto!!!
Pepa ha dicho que…
Kiddo, tu entusiasmo es un regalo, muchas gracias, seguimos.
Iván Cabrera ha dicho que…
Quizá sea el tiempo quien se agarra a nosotros hasta desgarrarnos o caemos por la ventana: lluvia de palabras o sed de silencio.

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Al nacer, como no sabe su nombre, pregunta. Luego, como lo sabe, no recuerda quién es y calla. * Las ovejas de su pensamiento corren asustadas ante la presencia de una idea lobo. * Algo hermoso deja de serlo por exceso. Algo feo nunca deja de ser feo. * El tiempo que tarda en entender que no hay tiempo que perder pasa y se pierde.

La calle de la espera

No tienen más que hacer que esperar. Esperar a que llegue el invierno. Y con los primeros rayos de frío sobre una ciudad desconocida dibujar un mapa de paseos y encuentros y esperar. Hasta encontrarse más tarde, sentados en las escaleras de una plaza. Se ven venir a lo lejos y bajo el pilar de un puente se protegen de la lluvia, y hasta luego. Pues saben que en algún lugar futuro al final de la calle de la espera siempre habrá un refugio para cuando llegue el invierno.
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