Sujeta a la baranda de cubierta
deja que el balanceo del mar
le arrulle en su equilibrio.
No tiene nada que hacer
mas que dejarse llevar,
soltarse y dejarse llevar.
Como por una especie de confianza,
como por una especie de humildad,
de extrema pequeñez
que le hace sentir grande
y pequeña otra vez.
Comentarios
Me había perdido de tu voz que casi escucho imaginada leyendo estás frescas palabras, que me soplan cual brisa marina los deseos de ser quien pende al borde de la baranda.
Un beso.