Ir al contenido principal

El recordatorio


Si un día el refugio se convierte en jaula

es porque tienes miedo.


No temas, volverá todas las tardes otro mirlo

para recordártelo.

Comentarios

Peskovich ha dicho que…
Muy sugestiva la fotografía, perfecto el aforismo-poema. Disfruto de la foto y del poema con música de Jan Garbarek de fondo, y la suma hace que el mundo parezca un lugar mejor.

Gracias
Pepa ha dicho que…
El mundo es un lugar mejor porque existe gente como tú. Gracias.
Robanix ha dicho que…
me encanta por que es la sensación que uno tiene cuando es una presa del miedo. Pero siempre la jaula acaba abriendose.
un beso
JUANAN URKIJO ha dicho que…
Enhorabuena por tu blog, pleno de imágenes y voces sugerentes... y por tu publicación.

Saludos.
Pepa ha dicho que…
Gracias Robanix, tus comentarios me llenan de ánimo. Otro beso para ti. Dédalus, muchas gracias por pasarte por aquí, un saludo.
Iván Cabrera ha dicho que…
Preciosa la foto, y es cierto: alguien debe decirnos a veces desde fuera que el refugio no es una jaula, que no estamos solos, sino hablando en soledad. A veces, es el mirlo, ese amigo mío de muchas tardes.

Entradas populares de este blog

segunda piel

identificar las huellas de lo sucedido y de lo comprendido y fundar personas y siempre sentir la segunda piel como la posibilidad adquirida de expresar el coste de lo acaecido y querer ser para estar y disfrutar sin parar y ser lo sentido y ser libre para ser norreal

Los abrigos

Desde la cama miramos cómo viven los abrigos cuando cuelgan de la puerta del armario. Parecen dos amantes que descansan, inerte reflejo de nosotros. Se preguntan, desde su percha, cómo aguardar a nuestros cuerpos ante el frío de la noche.
  El poema revela la forma deliberada. De hojas de árbol un rostro. Flores en la mesa son su sombra.   14032024: Otro día de la poesía, que es todos los días

Significa tiempo

El que tarda en vestirse, en desayunar, el que invierte en salir de casa. Los pasos contados hasta el tranvía, los niños corriendo hacia el colegio. Un coche blanco le cede el paso, saluda a su conductor. Se fija en la hora, en la calle, en la gente, en el aire, como entra a sus pulmones, en el sol, como corre la cortina, en sus latidos, como significan tiempo.