Ir al contenido principal

El recordatorio


Si un día el refugio se convierte en jaula

es porque tienes miedo.


No temas, volverá todas las tardes otro mirlo

para recordártelo.

Comentarios

Peskovich ha dicho que…
Muy sugestiva la fotografía, perfecto el aforismo-poema. Disfruto de la foto y del poema con música de Jan Garbarek de fondo, y la suma hace que el mundo parezca un lugar mejor.

Gracias
Pepa ha dicho que…
El mundo es un lugar mejor porque existe gente como tú. Gracias.
Robanix ha dicho que…
me encanta por que es la sensación que uno tiene cuando es una presa del miedo. Pero siempre la jaula acaba abriendose.
un beso
JUANAN URKIJO ha dicho que…
Enhorabuena por tu blog, pleno de imágenes y voces sugerentes... y por tu publicación.

Saludos.
Pepa ha dicho que…
Gracias Robanix, tus comentarios me llenan de ánimo. Otro beso para ti. Dédalus, muchas gracias por pasarte por aquí, un saludo.
Iván Cabrera ha dicho que…
Preciosa la foto, y es cierto: alguien debe decirnos a veces desde fuera que el refugio no es una jaula, que no estamos solos, sino hablando en soledad. A veces, es el mirlo, ese amigo mío de muchas tardes.

Entradas populares de este blog

Al otro lado

Acostumbrado al peligro saltó vallas y espinas chocó contra personas y muros murió por causas injustas pero nació en ese instante al otro lado de la sombra.

La respuesta

A veces las casas y las calles no son la respuesta, a veces tampoco es la montaña a lo lejos, verde, pero esperando el agua que no llega. Tampoco la forma de las nubes en ángel gigante que fabrica el viento que viene de África, el que trae la arena que envuelve el cielo como un velo que no deja respirar. Entonces tiene que ser la gente, que desde este balcón no veo, pero intuyo dentro de sus casas o conduciendo los pequeños coches que cosen la autopista lejana, la respuesta a este sin sentido tienen que ser ellos, con sus movimientos silenciosos, ese ir y venir que busca el mismo ángel en la forma de las casas, de las calles o en el cielo que nos muestre la respuesta.

La ventana

Una ventana en la oscuridad anega la estancia de luz. Sin ella no sería nada, ni oscuridad, ni estancia, ni luz.