Como un oso que mira a su reflejo en el agua
me asomé a tu interior de papel
sin saber que lo estaba haciendo.
A través del cristal, un enjambre
de libros sin cesar, de palabras,
de ideas encuadernadas que brotaban de las páginas.
Como un oso, que embiste a su reflejo en el agua,
entré en la biblioteca.
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Enhorabuena