Ir al contenido principal

La cara de Wislawa



Una niña idéntica a la Sonia
de Vania en la calle 42,
atraviesa el mar de Chéjov y Louis Malle
hasta llegar a la mesa
de este restaurante perdido.
Ella ignora que su cara,
como tantas otras caras,
confirma una certeza:
que la naturaleza se aburre,
y como decía Wislawa,
pone caras de segunda mano.
"Tu cara, la mía, la de quién – no lo sabrás nunca.”
Hoy la naturaleza ha puesto
la cara de Wislawa en otra cara.


Comentarios

Iván Cabrera ha dicho que…
Contrariamente a lo que pensaba Borges, quien hablaba del rostro de cada muerto como un rostro que no volverá a repetirse.Hermoso poema, Pepa, me ha gustado muchísimo. Un fuerte abrazo y leamos a Wislawa, nuestro mejor homenaje, al menos yo, que apenas la he leído.
Pepa ha dicho que…
Muchas gracias, Iván, me emociona Wislawa. Su ternura, su ironía, los puzles que hace con el lenguaje, es una maravilla.
Me descubrió sus poemas una persona a la que quiero mucho, imagino que esa cercanía es la que hizo que Wislawa fuera como de la familia.
El día que murió me llamó mi hermana para decírmelo, pero yo me lo había imaginado, no sé muy bien porqué, pensé en el frío en Cracovia y en una viejecita que dejaba de respirar.
Leerla es estar en ella. Del poema "Pensamientos que me asaltan en calles transitadas" de su último libro "Aquí" nace este pequeño homenaje, te lo recomiendo, te lo presto ;-)
Un abrazo.

Entradas populares de este blog

Teorías personales 2

Verse por dentro puede ser tan doloroso como verse en el espejo, pero nunca tanto como no hacerlo. El armario es la disección de una persona. La ropa,  las evidencias para resguardarnos de nosotros mismos. Atreverse a abrirlo es una autopsia sin muerto. Hoy se puso un vestido que era igual que sus impresiones: un lazo en la cintura agarraba las tripas al corazón. Si el clima fuera electivo, a gusto de cada uno, estaría continuamente cambiando, como ahora.

Un solo pensamiento

El hueco preserva el vacío de sí mismo, que está por llenar. * Son las grietas las que edifican porque transpiran lo que soportan. * Es tan real un desierto, como incierto el oasis que se busca por incertidumbre. * Pero el mundo no se cae, porque el pájaro que aparece en su ventana recibe lo que piensa.
 El cuerpo se queda atrás cuando me muevo. ¿Quién es la que se mueve si no hay cuerpo? Es una jaula, no el cuerpo, sino la cabeza que lo piensa. Morir, pero no de cuerpo.