El ángel que quiere ser la nube en este crepúsculo desde San Miniato no es ángel, ni nube, ni crepúsculo desde San Miniato, es una pareja de ancianos, encorvados y enamorados, que se alejan indultándonos con una antorcha en cada mano.
Gracias Juli, me alegro mucho de tu visita y de que te haya gustado. Eso que dices de tener la sensación de estar dentro de la foto y luego el ataque de risa me recuerda lo maravillosa que eres, un abrazo enorme.
El cuerpo se queda atrás cuando me muevo. ¿Quién es la que se mueve si no hay cuerpo? Es una jaula, no el cuerpo, sino la cabeza que lo piensa. Morir, pero no de cuerpo.
18 de agosto Ayer leí un texto escrito por alguien veinte años más joven que yo, y no era cualquier cosa, era el texto que siempre había querido escribir. Me sentí mayor, como si para la literatura como para el deporte hubiera que tener una edad. Luego me reí y salí corriendo. 26 de agosto A esta hora de la mañana el edificio en el que vivo se me antoja como una gran mente que acoge los sueños y pesadillas de todos mis vecinos. Entonces, si ahora salgo de mi piso, como es temprano y aún muchos duermen, seguro que veré por las escaleras las calles de los sueños. Por ellas bajan y suben los personajes, en fila los del tercero, o la pesadilla con agua de los del quinto. A los míos ya los desperté, por eso sueño.
Recojo tus porciones olvidadas a pesar de su importancia a veces te las olvidas. Recupero tu memoria todos los crepúsculos aún siendo tu memoria no la recuerdas. Juego en escenarios clandestinos para no delatarte para no señalarte con la flecha y que la evidencia te consuma te enseño en tus espejos y reflejos para recordarte la historia.
Comentarios