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De un mar abierto


Tu cuerpo me parece una isla
que unida a otra isla
emerge de un mar abierto.
Las montañas son el territorio 
por un puente a la cabeza ensambladas.

Tendido sobre la cama
te afianzas entre las mantas,
como los puentes en Sikoku
que se agarran a las montañas.

La cama se parece a un mar.
El cuello que las une, a un puente.
El archipiélago es ondulado
como el contorno de tu cuerpo
que está tumbado.

Tu cuerpo me parece una isla
que emerge de un mar abierto,
en medio de la noche
cuando ya no tengo sueño.

Comentarios

Iván Cabrera ha dicho que…
Bello poema, muito bonito -como diría Caetano Veloso-. Considero sin duda que cada cuerpo es una isla, un país distinto y hasta un clima completo: unos arden en un trópico insaciable, mientras otros se cubren de hielo sin sospechar que aún viven y que hay luces enterradas en alguna parte.¡Enhorabuena!
Pepa ha dicho que…
Iván, eres espléndido en tus comentarios. Eso que dices de que cada cuerpo es un país con su clima completo es algo que observo en cada persona que conozco, me gusta que te reconozcas diría que es una satisfacción, muchas gracias

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