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Los abrigos


Desde la cama miramos
cómo viven los abrigos
cuando cuelgan de la puerta del armario.

Parecen dos amantes que descansan,
inerte reflejo de nosotros.
Se preguntan, desde su percha,
cómo aguardar a nuestros cuerpos
ante el frío de la noche.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Pepa! soy el anónimo aza(ha)r-oso que ya visitó el naranjo de las palabras. Me ha gustado mucho también este poema de los abrigos, y me ha evocado una imagen extraña: como si los abrigos fueran mariposas en reposo esperando que nosotros les pongamos las alas a las mangas.

Un saludo y felices fiestas para tí. Y para no ser tan anónimo, he decidido tomar cuerpo de palabra, asi que de ese modo me puedes identificar: como cuerpo de palabra.
s ha dicho que…
Me he encontrado con tu blog en el de Bruno Mesa. Sólo quería decirte que he estado leyendo (seguiré rastreando) algunos de tus poemas, y me han parecido maravillosos: qué delicadeza a la vez que fuerza.

Un saludo.
Pepa ha dicho que…
Hola cuerpo de palabra, muchas gracias por la imagen de las mariposas, en el fondo es la ropa la que nos contiene, es la segunda piel del cuerpo y la que usamos para salir al mundo, a volar, a caminar.
Cuando está en reposo, le faltamos nosotros para cobrar vida.

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Señales de humo

"La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha." Michel de Montaigne A la palabra precisa se le ha despojado de todo.  Lo que le sobra a una frase le falta al intelecto. Es justo pensar antes lo que se va a decir, pensarlo después hiere. El lenguaje sin palabras es el de las situaciones, también el de los cuerpos, también el de la mirada. A pesar del humo, cuando era joven corría tras las palabras, ahora que es mayor, las palabras se le escapan como humo.