Verse por dentro puede ser tan doloroso como verse en el espejo, pero nunca tanto como no hacerlo. El armario es la disección de una persona. La ropa, las evidencias para resguardarnos de nosotros mismos. Atreverse a abrirlo es una autopsia sin muerto. Hoy se puso un vestido que era igual que sus impresiones: un lazo en la cintura agarraba las tripas al corazón. Si el clima fuera electivo, a gusto de cada uno, estaría continuamente cambiando, como ahora.
Comentarios
Mary, me haces abrir unos enormes ojos cada que vengo acá. Leerte alimenta el alma atormentada de los que hacemos parada en este blog.
Gracias por escribir estas cosas tan hermosas.
Un abrazo.
Kiddo, gracias a ti, es una satisfacción que te sientas reconfortada, otro abrazo.
Sergio, siempre me gustó la palabra resonancia. Gracias por tu lectura.