A veces las casas y las calles no son la respuesta, a veces tampoco es la montaña a lo lejos, verde, pero esperando el agua que no llega. Tampoco la forma de las nubes en ángel gigante que fabrica el viento que viene de África, el que trae la arena que envuelve el cielo como un velo que no deja respirar. Entonces tiene que ser la gente, que desde este balcón no veo, pero intuyo dentro de sus casas o conduciendo los pequeños coches que cosen la autopista lejana, la respuesta a este sin sentido tienen que ser ellos, con sus movimientos silenciosos, ese ir y venir que busca el mismo ángel en la forma de las casas, de las calles o en el cielo que nos muestre la respuesta.
Comentarios
Tu arbusto de las palabras hoy me ha resultado catártico, quizá porque así me encuentro: removiendo la sombra hacia los lados para que entre más luz. Gracias por la claridad tras-lúcida que me ha aportado ver al otro lado. En época primaveral se comprende muy bien el arte de re-nacer y de florecer como un pétalo nuevo. Que sigas abonando y regando belleza. Un saludo y un abrazo. Cuerpo de palabra.