Ir al contenido principal



A través del cristal empañado y lleno de polvo
rodando a cien kilómetros por hora
con el cansancio del trayecto acumulado
y el hambre de llegar por todo el cuerpo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Desde que arribé a tu espacio he leído varias veces y con más atención, de entre todos, estos versos veloces y precisos. La última línea de este poema quizá concentra una poética de claridades que agradezco, como agradezco tu blog que descubro hoy.


Saludos...

Entradas populares de este blog

Teorías personales 2

Verse por dentro puede ser tan doloroso como verse en el espejo, pero nunca tanto como no hacerlo. El armario es la disección de una persona. La ropa,  las evidencias para resguardarnos de nosotros mismos. Atreverse a abrirlo es una autopsia sin muerto. Hoy se puso un vestido que era igual que sus impresiones: un lazo en la cintura agarraba las tripas al corazón. Si el clima fuera electivo, a gusto de cada uno, estaría continuamente cambiando, como ahora.

Todo por escrito

Aprendo caligrafía japonesa. Hay algo que quiero escribir que solo cabe en esos trazos. Asisto a la primera clase y me siento pequeña, insegura ante el pincel a menos diez, pero fascinada por la fuerza de la tinta negra, conmovida por el trazo y perdida entre la colina y el mar del tintero. Esta semana no he escrito nada, ni siquiera en japonés. Después de la primera clase de caligrafía solo dejo que el agua en la ducha caiga sobre mí indirectamente, igual que cae sobre el pincel, a ver si así va saliendo la tinta.
 El cuerpo se queda atrás cuando me muevo. ¿Quién es la que se mueve si no hay cuerpo? Es una jaula, no el cuerpo, sino la cabeza que lo piensa. Morir, pero no de cuerpo.