Desde la cama miramos cómo viven los abrigos cuando cuelgan de la puerta del armario.
Parecen dos amantes que descansan, inerte reflejo de nosotros. Se preguntan, desde su percha, cómo aguardar a nuestros cuerpos
ante el frío de la noche.
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Comentarios
Anónimo ha dicho que…
Hola Pepa! soy el anónimo aza(ha)r-oso que ya visitó el naranjo de las palabras. Me ha gustado mucho también este poema de los abrigos, y me ha evocado una imagen extraña: como si los abrigos fueran mariposas en reposo esperando que nosotros les pongamos las alas a las mangas.
Un saludo y felices fiestas para tí. Y para no ser tan anónimo, he decidido tomar cuerpo de palabra, asi que de ese modo me puedes identificar: como cuerpo de palabra.
Me he encontrado con tu blog en el de Bruno Mesa. Sólo quería decirte que he estado leyendo (seguiré rastreando) algunos de tus poemas, y me han parecido maravillosos: qué delicadeza a la vez que fuerza.
Hola cuerpo de palabra, muchas gracias por la imagen de las mariposas, en el fondo es la ropa la que nos contiene, es la segunda piel del cuerpo y la que usamos para salir al mundo, a volar, a caminar. Cuando está en reposo, le faltamos nosotros para cobrar vida.
el paisaje en movimiento el mar coronado un viento arrebatador kilómetros por hora dentro y fuera en las olas milímetros en el amor da gusto verte intermitente un tiempo para pensar para fotografiar para raptar este instante ya un recuerdo grabado en la retina y en la naríz y en el cerebro todo pasa tan deprisa el movimiento desde aquí y desde ti
Cantaste al oído bajito para que no te oyeran al oído de todas las duraciones al unísono muy suave como un susurro al sentido y al paraíso muy gradualmente le mordiste, hacia arriba, las ganas de vivir las de todos y las tuyas.
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Un saludo y felices fiestas para tí. Y para no ser tan anónimo, he decidido tomar cuerpo de palabra, asi que de ese modo me puedes identificar: como cuerpo de palabra.
Un saludo.
Cuando está en reposo, le faltamos nosotros para cobrar vida.