Dentro de la caja de las fotografías se mezclan las imágenes en blanco y negro de la mamiya con las polaroid de la playa y las fotos en color del último viaje. Cumpleaños, despedidas y nacimientos conviven con los padres, los amigos y el paisaje.
Encima de una cara de anteayer hay otra cara de los años ochenta, detrás, una foto de los niños en la montaña. En el fondo de la caja, fotografías que no se conocen, chocan también sus caras, hablan y tal vez regresan.
El hijo creció dentro de la caja. La madre se casó con el padre dentro de la caja. El abuelo murió, los amigos van y vienen, pero todos están dentro de la caja.
Un día pensó en ordenar las fotografías en un álbum, en la línea del tiempo, pero prefirió el caos como memoria.
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Besos.