En un jardín, dos niños pequeños descubren a una cría de gato. Se agachan lentamente, juntan sus dedos índice y pulgar y, acercándolos al gato, balbucean unas sílabas en ningún idioma. El gato les responde con un sonido.
Sólo ellos conocen ese hablar.
Comentarios
Muy bueno el texto y la foto.
Un abrazo
Me interesa mucho ese género literario que no había visto antes, el poema-foto (al fin y al cabo, si recurro a la etimología, el poema-luz), de formato conciso y contundente. Creo haber leído otros ejemplos tuyos en el suplemento 2C de La Opinión.
Felicidades por tu blog.
Mario Domínguez Parra
Mario, gracias por la visita. El poema-luz que dices tiene algo de eso, y de agua atrapada con palabras, para los momentos de sed.
Saludos
(Si, en el 2C se publicaron varios poemas que pertenecen al libro Una familia completa, de reciente edición)
También me ha gustado la foto. El gusto por los detalles de las plantas me hace pensar en una acuarela de Durero que representa una mata de hierba.
Saludos cordiales.
un beso.
sofi
Sofi, mcuhas gracias por la visita, me alegra mucho que te guste, seguimos intercambiando, un beso.
un beso enorme