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Bordes deshilachados 40






Queremos a la mesa porque al quitar el mantel y ver sus huellas, las marcas de todos los descuidos, el aro de una taza o el corte de algún cuchillo, nos vemos a nosotros, nuestras son las marcas y los descuidos, tuya la taza, mío el cuchillo. Su desgaste, nuestro camino. 

*

El  reloj se acelera desde que falleció, como si la muerte de la anciana fuera el umbral de otra época, como un salto temporal oculto tras una despedida o el cambio de posición ante la línea de meta.

*

Van por delante, pero solo unos pasos. Me detengo un momento para conversar, para ver cuánto se alejan. Porque sé que las palabras se despliegan en el espacio y generan distancia. Ya no les alcanzo.

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