Hay cantantes que están muertos pero esta tarde cantan en la cocina. Escritores que también están muertos, pero se abren de páginas entre tus manos cuando ahora te sientas en la silla. Fotógrafos escondidos detrás del marco, desde el ojo del tiempo nos vigilan. Creo que antes de morir todos ellos conspiraron a favor d e un sueño. Con un objetivo en un instante. Con las palabras justas y la memoria. Para que cuando la música suene en la cocina, para que cuando abramos el libro sentados en la silla, sepamos que no estamos solos, que ellos nos acompañan en la fotografía.